Palace Hotel Sunset
One of Arriaga's captivating concepts revolves around the transformation of cities into Ideal Cities. Through recomposing urban spaces and incorporating elements of nature, such as rivers and parks, he envisions a world where nature supplants asphalt, creating a harmonious and balanced environment. In his artistic process, Arriaga incorporates the Grisalla and Glazes technique, a traditional technique method used by the ancient masters. They usually begin by painting the image all in black and white, creating a base known as grisaille, and then applying transparent color glazes layer by layer, producing a vibrant interplay of colors, gradients and volume. Carlos employs photography as a grisaille, fashioning a photograph with minimal contrast and prominent highlights. This technique enables him to attain a notable sense of volume when translating it into painting, in conjunction with a unique texture. It ultimately yields a captivating vibrancy, depth of color, and a characteristic texture.
The grand art repository, the Prado Museum, seen from a unique perspective, its exquisite slate rooftops. All surrounded by trees and nature. In his artistic process, Arriaga incorporates the Grisalla and Glazes technique, a traditional technique method used by the ancient masters. They usually begin by painting the image all in black and white, creating a base known as grisaille, and then applying transparent color glazes layer by layer, producing a vibrant interplay of colors, gradients and volume. Carlos employs photography as a grisaille, fashioning a photograph with minimal contrast and prominent highlights. This technique enables him to attain a notable sense of volume when translating it into painting, in conjunction with a unique texture. It ultimately yields a captivating vibrancy, depth of color, and a characteristic texture.
la naturaleza reconquista la ciudad
La Ciudad de Madrid vista desde el Oeste. Una reinvención mágica de la ciudad. Una ciudad ideal nace de la naturaleza y hace simbiosis con ella. Al Oeste de Madrid hay un puente muy bonito, poco conocido aunque de gran interés arquitectónico llamado Puente de la Reina Victoria.
La Gran Vía de Madrid en una inusual panorámica. En lugar de calles llenas de coches, se abre un espacio amplio y sereno. Esta visión invita a la calma, creando un entorno propicio para la reflexión y la paz interior. Sin el estruendo de los motores, la ciudad se convierte en un santuario de serenidad, donde la gente puede disfrutar de la belleza natural y reconectar consigo misma. En el centro de esta urbe tranquila se yergue un majestuoso árbol, un símbolo de vida y renovación. Sus ramas se extienden hacia el cielo, proporcionando sombra y refugio.
En esta ciudad, la arquitectura se fusiona con la belleza natural, creando un equilibrio único entre la creatividad humana y el poder regenerador de la naturaleza.
La estación de metro, que normalmente estaría rodeada de pavimento y estructuras urbanas, ahora se ve transformada en un oasis verde en medio de la ciudad. La imagen transmite un mensaje poderoso sobre la importancia de equilibrar el desarrollo urbano con la preservación de la naturaleza. Este escenario invita a reflexionar sobre la relación entre el entorno construido y el mundo natural, sugiriendo la posibilidad de coexistencia armoniosa entre la vida urbana y la biodiversidad.
El elegante Hotel Palace de Madrid en una puesta de sol espectacular. Un cielo muy vibrante en colores cálidos en Madrid, ciudad que tiene una muy reconocida luminosidad atmosférica. En esta obra he plasmado la intensidad de una puesta de sol, capturando la armonía entre la arquitectura y la naturaleza. Usando óleo, he creado una atmósfera cálida y enigmática que invita a la reflexión. Se siente la vibración del momento y ese instante efímero en el que el día se encuentra con la noche. Es una obra que aporta energía y calidez a cualquier espacio, recordando la belleza de los finales que preceden nuevos comienzos.
Las cubiertas del gran contenedor de arte de Madrid y del mundo. Arte en el Corazón de la Ciudad de Madrid.
El majestuoso Museo del Prado en Madrid, un contenedor de arte que se erige como un símbolo imponente de la riqueza cultural de la ciudad. Sus maravillosas cubiertas de cinc se extienden sobre el edificio, creando una apariencia distintiva y elegante. Desde estas cubiertas, se asoman los edificios de la ciudad, formando un paisaje único donde la arquitectura clásica del museo se mezcla con la vibrante vida urbana que lo rodea.
"Mi estilo de pintura ha sido, desde sus inicios, un constante diálogo entre la ciudad y la naturaleza. Óleo y lápiz sobre grisalla de fotografía en blanco y negro sobre lienzo. En mis obras, los paisajes urbanos de Madrid, mi ciudad natal, no se muestran en su forma habitual; en cambio, están rodeados y transformados por una naturaleza exuberante que parece reclamar su espacio. Edificios icónicos, calles y plazas que muchos reconocen se ven inmersos en un entorno verde y frondoso, como si la naturaleza hubiese comenzado a recuperar lo que una vez fue suyo.
"Mi estilo de pintura ha sido, desde sus inicios, un constante diálogo entre la ciudad y la naturaleza. Óleo y lápiz sobre grisalla de fotografía en blanco y negro sobre lienzo En mis obras, los paisajes urbanos de Madrid, mi ciudad natal, no se muestran en su forma habitual; en cambio, están rodeados y transformados por una naturaleza exuberante que parece reclamar su espacio. Edificios icónicos, calles y plazas que muchos reconocen se ven inmersos en un entorno verde y frondoso, como si la naturaleza hubiese comenzado a recuperar lo que una vez fue suyo.
"Mi estilo de pintura es un constante diálogo entre la ciudad y la naturaleza. En mis obras, los paisajes urbanos de Madrid, mi ciudad natal, no se muestran en su forma habitual; en cambio, están rodeados y transformados por una naturaleza exuberante que parece reclamar su espacio. Edificios icónicos, calles y plazas que muchos reconocen se ven inmersos en un entorno verde y frondoso, como si la naturaleza hubiese comenzado a recuperar lo que una vez fue suyo. Este concepto nace de una reflexión profunda sobre el equilibrio que hemos perdido entre lo urbano y lo natural. A través de mi pintura, intento proponer una ciudad ideal, un Madrid que no sólo evoluciona con la modernidad, sino que también aprende a convivir con la naturaleza, integrándola en su esencia. Para mí, estas imágenes no son solo visiones estéticas, sino una llamada a imaginar un futuro donde las ciudades y la naturaleza no estén en conflicto, sino en armonía.
Óleo y lápiz sobre grisalla de fotografía en blanco y negro sobre lienzo. "Mi estilo de pintura es un constante diálogo entre la ciudad y la naturaleza. En mis obras, los paisajes urbanos de Madrid, no se muestran en su forma habitual; están rodeados y transformados por una naturaleza exuberante que parece reclamar su espacio. Edificios icónicos, calles y plazas que muchos reconocen se ven inmersos en un entorno verde y frondoso, como si la naturaleza hubiese comenzado a recuperar lo que una vez fue suyo.
La Gran Ría en una composición muy personal e inundada de agua.
Óleo y lápiz sobre grisalla de fotografía en blanco y negro sobre lienzo. La Naturaleza, en este caso el agua, a modo de metáfora, invade la ciudad. Este concepto nace de una reflexión profunda sobre el equilibrio que hemos perdido entre lo urbano y lo natural. A través de mi pintura, intento proponer una ciudad ideal, un Madrid que no sólo evoluciona con la modernidad, sino que también aprende a convivir con la naturaleza, integrándola en su esencia. Para mí, estas imágenes no son solo visiones estéticas, sino una llamada a imaginar un futuro donde las ciudades y la naturaleza no estén en conflicto, sino en armonía.